jueves, 23 de septiembre de 2010

Introduccion

Este proyecto que esta elaborando una parte del equipo es sobre como se realiza la fermentacion del vino rosado y tambien de que forma podremos comercializar el producto para su venta y distibucion. Aparte se le hara al vino un analisis quimico-microbiologico.

Historia del vino

 
Del latín vinum, el vino es el licor alcohólico que se obtiene del zumo de la uva exprimido y fermentado. Quizá sea imposible situar con seguridad los orígenes de la vid. Mientras la mayoría de los autores los sitúan en Asia Central, algunos aseguran que podría tener origen europeo, donde existía ya en las épocas terciaria y cuaternaria. Lo que sí se puede afirmar, es que el vino era conocido por todos los pueblos antiguos, desde la India, China pasando por Egipto hasta la Galia y España.


El cultivo de la vid se sitúa entre los 30 y 50 grados de latitud en ambos hemisferios, una zona de propiedades climatológicas y geológicas óptimas para el cultivo de viñedos. Esta zona se conoce como la franja de vino. Dentro, se sitúan países como Francia, Italia, Alemania, España, Estados Unidos y México en la franja norte y Chile, Uruguay, Argentina, Sudáfrica y Australia en la franja sur.
El vino está unido a la historia del hombre desde sus orígenes. Posiblemente, el descubrimiento del vino, como muchos otros a lo largo de la historia de la humanidad, fuese un hecho casual. Uvas recogidas al final del verano, depositadas en un recipiente y olvidadas en algún rincón de una cabaña o cueva donde se produjo durante el invierno la fermentación. Se han encontrado semillas de uvas con más de 12.000 años de antigüedad y en Zagros (Irán) se hallaron jarras de barro con vestigios de haber contenido vino hace unos 5.500 años. Es en la historia del vino, el documento arqueológico conocido, hasta la fecha, más antiguo.


Entre los egipcios fue Osiris quien reveló a los hombres el modo de hacer vino; entre los griegos, Dionisios. El vino ocupó un lugar de importancia en las fiestas de los primitivos griegos y romanos. Para los hebreos, Noé fue el primero en cultivar la vid y el vino. Los vinos de Cos, Lesbos, Tesalia, Frigia, Quío, Tracia y Chipre, el prámnico de Grecia, el másico, el faleno, el cécubo, el mamertino de Roma, gozaron de gran predicamento en la antigüedad. A estos vinos, después de cocidos, se les añadía esencias aromáticas y de frutas o flores y para conservarlos mejor se mezclaban con brea o miel.

El hombre descubre el vino y lo incorpora a sus necesidades alimenticias, pero al mismo tiempo a sus prácticas curativas, a su vida espiritual y fundamentalmente a su vida social, compartiendo el descubrimiento con el resto de la comunidad. Los chinos fueron buenos conocedores en el arte de fermentar el mosto de la uva y los egipcios ya ponían etiquetas en sus envases. La vinculación mágica con el vino, se establecía a través de los templos donde se cultivaba la vid.
La cultura mediterránea es la cultura del aceite, el pan y el vino. A España llega el vino desde las civilizaciones mediterráneas, con los fenicios y griegos. Hoy podemos tomar vinos parecidos a aquellos que se producían entonces: el retsina, elaborado en Ática, al que se le añade durante la fermentación resina del pino Alepo, o el vermut, similar al vino que tomaban los romanos, al que se le añaden hierbas aromáticas.





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